Acta Otorrinolaringol Esp. 2016;67(1):8
www.elsevier.es/otorrino
COMENTARIO EDITORIAL
Comentario editorial: ‘‘Criterios diagnósticos de enfermedad de Menière’’ Editorial commentary: ‘‘Diagnostic criteria for Menière’s disease’’ Herminio Pérez Garrigues Presidente de la Comisión de Otoneurología de la SEORL, Servicio de ORL, Hospital La Fe, Valencia
Hasta que Prosper Menière presentó el 8 de enero de 1861, en la Academia Imperial de Medicina de París, su célebre conferencia: «Mémoire sur des lesions de l’oreille interne donnant lieu a des symptôms de congestion cérébrale apoplectiforme», la enfermedad vertiginosa se asociaba a afectación cerebral grave, sin relacionarse con el oído interno. Menière fue constante en sus aseveraciones relacionando el vértigo con el oído, y publicó en poco tiempo 5 monografías que confirmaban su teoría. Murió al poco tiempo sin que sus trabajos obtuvieran el merecido reconocimiento. Desde entonces, la controversia ha acompa˜ nado a la enfermedad de Menière (EM) debido, fundamentalmente, a la falta de conocimientos sólidos sobre la misma. Se han utilizado diversas terminologías para definir procesos vertiginosos asimilables a la EM incluyendo la tríada clásica de hipoacusia, acúfenos y vértigo de etiología desconocida. Esto ha generado confusión al plantear estudios clínicos y dificultad al intentar comparar tratamientos. Era necesario un esfuerzo entre los médicos con especial atención a esta enfermedad para consensuar la definición de la misma. La Academia Americana de Otorrinolaringología, entre otras, planteó propuestas que han ido modificándose
Véase contenido relacionado en DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.otorri.2015.05.005 Correo electrónico: perez [email protected]
nos han trabaen el trascurso del tiempo. En los últimos a˜ jado conjuntamente la Barany Society, the Japan Society for Equilibrium Research, the European Academy of Otology and Neurotology (EAONO), the Equilibrium Committee of the American Academy of Otolaryngology-Head and Neck Surgery (AAO-HNS) y la Korean Balance Society para consensuar una definición más precisa y perfilar cuales deben ser las características de la enfermedad. El resultado de este loable esfuerzo es lo que podemos contemplar en el artículo «Criterios diagnósticos de la enfermedad de Menière. Documento de consenso» que aparece en esta revista. Las características más relevantes de la nueva definición son: a) la duración de las crisis de vértigo se sitúan entre 20 min y 12 h, y b) la hipoacusia es neurosensorial, y afecta a frecuencias graves y medias, debiendo asociarse a las crisis de vértigo. Pero debe destacarse que, el mencionado trabajo, incluye también consideraciones muy interesantes respecto a otras entidades que bien pueden confundirse con la EM o bien pueden coincidir con ella, y conviene conocer con detalle. Por último, es interesante resaltar las consideraciones que aparecen respecto a sus posibles etiologías, basadas en recientes estudios sobre todo en el campo de la genética o la inmunología. Así pues, podemos concluir que es un artículo muy práctico para aproximarnos al conocimiento actual de una enfermedad que preocupa tanto al enfermo que la padece como al médico que la estudia.
http://dx.doi.org/10.1016/j.otorri.2015.09.007 0001-6519/© 2015 Elsevier Espa˜ na, S.L.U. y Sociedad Espa˜ nola de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial. Todos los derechos reservados.
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Comentario editorial: ‘‘Criterios diagnósticos de enfermedad de Menière’’ Editorial commentary: ‘‘Diagnostic criteria for Menière’s disease’’ Herminio Pérez Garrigues Presidente de la Comisión de Otoneurología de la SEORL, Servicio de ORL, Hospital La Fe, Valencia
Hasta que Prosper Menière presentó el 8 de enero de 1861, en la Academia Imperial de Medicina de París, su célebre conferencia: «Mémoire sur des lesions de l’oreille interne donnant lieu a des symptôms de congestion cérébrale apoplectiforme», la enfermedad vertiginosa se asociaba a afectación cerebral grave, sin relacionarse con el oído interno. Menière fue constante en sus aseveraciones relacionando el vértigo con el oído, y publicó en poco tiempo 5 monografías que confirmaban su teoría. Murió al poco tiempo sin que sus trabajos obtuvieran el merecido reconocimiento. Desde entonces, la controversia ha acompa˜ nado a la enfermedad de Menière (EM) debido, fundamentalmente, a la falta de conocimientos sólidos sobre la misma. Se han utilizado diversas terminologías para definir procesos vertiginosos asimilables a la EM incluyendo la tríada clásica de hipoacusia, acúfenos y vértigo de etiología desconocida. Esto ha generado confusión al plantear estudios clínicos y dificultad al intentar comparar tratamientos. Era necesario un esfuerzo entre los médicos con especial atención a esta enfermedad para consensuar la definición de la misma. La Academia Americana de Otorrinolaringología, entre otras, planteó propuestas que han ido modificándose
Véase contenido relacionado en DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.otorri.2015.05.005 Correo electrónico: perez [email protected]
nos han trabaen el trascurso del tiempo. En los últimos a˜ jado conjuntamente la Barany Society, the Japan Society for Equilibrium Research, the European Academy of Otology and Neurotology (EAONO), the Equilibrium Committee of the American Academy of Otolaryngology-Head and Neck Surgery (AAO-HNS) y la Korean Balance Society para consensuar una definición más precisa y perfilar cuales deben ser las características de la enfermedad. El resultado de este loable esfuerzo es lo que podemos contemplar en el artículo «Criterios diagnósticos de la enfermedad de Menière. Documento de consenso» que aparece en esta revista. Las características más relevantes de la nueva definición son: a) la duración de las crisis de vértigo se sitúan entre 20 min y 12 h, y b) la hipoacusia es neurosensorial, y afecta a frecuencias graves y medias, debiendo asociarse a las crisis de vértigo. Pero debe destacarse que, el mencionado trabajo, incluye también consideraciones muy interesantes respecto a otras entidades que bien pueden confundirse con la EM o bien pueden coincidir con ella, y conviene conocer con detalle. Por último, es interesante resaltar las consideraciones que aparecen respecto a sus posibles etiologías, basadas en recientes estudios sobre todo en el campo de la genética o la inmunología. Así pues, podemos concluir que es un artículo muy práctico para aproximarnos al conocimiento actual de una enfermedad que preocupa tanto al enfermo que la padece como al médico que la estudia.
http://dx.doi.org/10.1016/j.otorri.2015.09.007 0001-6519/© 2015 Elsevier Espa˜ na, S.L.U. y Sociedad Espa˜ nola de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial. Todos los derechos reservados.
